"La Tortura es una violación seria de los derechos humanos, y estrictamente condenada por el derecho internacional, principalmente por la Declaración Universal de los Derechos Humanos, artículo 5, el cual afirma que "Nadie será sujeto a tortura o a cualquier otro tratamiento degradante, inhumano o castigo."
Para asegurar la protección de todas las personas ante estos abusos, las Naciones Unidas ha desarrollado por muchos años algunos estándares universalmente aplicables, entre estos se encuentra la Convención contra la tortura y otros tratos o penas cueles, inhumanos o degradantes que fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1984, junto con muchas otras Convenciones, Declaraciones y Resoluciones adoptadas por la comunidad internacional, dicha Convención claramente señala que no hay excepción para la prohibición contra la tortura.
La convención busca impedir absolutamente el uso de la tortura por parte de los Estados, sin admitir ninguna excusa o situación que lo justifique como la guerra o cualquier otra emergencia