Once manifestantes detenidos por
cargos penales graves en Ciudad de México el 20 de noviembre corren peligro de
ser sometidos a un proceso judicial injusto. Todos ellos han denunciado haber
sufrido malos tratos y han sido trasladados a prisiones de alta seguridad, en
lugares muy apartados, que limitan seriamente sus posibilidades de ponerse en
contacto con sus abogados y familiares.
Un total de 11 manifestantes que
fueron detenidos el 20 de noviembre en el centro de Ciudad de México han sido
acusados de asociación delictuosa, intento de homicidio y motín. Las
autoridades les negaron durante aproximadamente dos días el derecho a acceder a
un abogado de su elección. A continuación, los enviaron a prisiones de alta
seguridad, situadas en lugares muy apartados, que imponen serias restricciones
al contacto entre los detenidos y sus abogados y familiares. Todos los
detenidos han denunciado que la policía los golpeó y amenazó mientras estaban
bajo custodia. Los representantes legales que se reunieron con algunos de los
detenidos han declarado que éstos presentaban golpes en la cara, hemorragias en
los ojos y cortes en los brazos.
Estas detenciones, y los cargos
penales federales, tuvieron lugar dos días después de que el presidente
mexicano, Enrique Peña Nieto, advirtiera de que las manifestaciones podían
crear "desestabilización" y "desorden social" y atacar el
"proyecto de nación".
Los manifestantes exigían una
búsqueda urgente y justicia para 43 estudiantes que llevan desaparecidos desde
el 26 de septiembre.
Más detalle en: http://amnistia.org.mx/nuevo/2014/11/27/detenciones-y-malos-tratos-contra-manifestantes/